Puede ser causada por diversas razones, entre las cuales se incluyen:
- Parálisis de Bell: Es una de las causas más comunes y suele ser idiopática, es decir, su origen no está completamente claro. Se cree que está relacionada con la inflamación del nervio facial que controla los músculos faciales, provocando su debilitamiento o parálisis temporal.
- Infecciones virales: Algunas infecciones virales, como el virus herpes simplex (que causa el herpes labial), el virus de la varicela zóster (causante de la culebrilla o herpes zóster) y el virus de Epstein-Barr, pueden inflamar el nervio facial, causando parálisis facial.
- Traumatismo o lesiones: Lesiones en la cabeza, fracturas de cráneo, heridas en el área cercana al nervio facial o procedimientos quirúrgicos pueden dañar directamente el nervio facial, llevando a la parálisis.
- Tumores: Ciertos tumores, como un neuroma del acústico (tumor benigno que afecta el nervio auditivo), pueden ejercer presión sobre el nervio facial, causando su parálisis.
- Enfermedades autoinmunes: Trastornos como la parálisis de Fisher y la esclerosis múltiple pueden afectar el sistema nervioso, incluido el nervio facial, causando parálisis facial.
- Condiciones médicas: Diabetes, hipertensión, enfermedades de la glándula parótida (como la parotiditis) y enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjögren pueden aumentar el riesgo de parálisis facial.
- Factores idiopáticos o desconocidos: En algunos casos, la causa de la parálisis facial puede no ser identificada, lo que se conoce como parálisis facial idiopática.
Es fundamental buscar atención médica inmediata si se experimenta parálisis facial, ya que el tratamiento temprano puede mejorar las posibilidades de recuperación. El médico realizará un examen físico, preguntas sobre la historia clínica y, en algunos casos, pruebas adicionales como análisis de sangre, resonancia magnética o electromiografía para determinar la causa y el mejor enfoque de tratamiento.