La rinoplastia puede ser abierta o cerrada, la diferencia para el paciente es una mínima cicatriz de un par de milímetros en la columela de la nariz, entre los dos orificios nasales, prácticamente imperceptible. Dependiendo del caso, se elegirá una u otra técnica. Con la rinoplastia abierta, se obtiene un amplio campo de visión de todas las estructuras nasales, por lo que se puede realizar un diagnóstico más acertado del problema y llevar a cabo un tratamiento más adecuado.
Gracias a la rinoplastia, se pueden corregir defectos que impidan una correcta respiración, es lo que denominamos rinoplastia funcional. Asimismo se puede mejorar la apariencia externa de la misma, reducir el tamaño de una nariz grande y estrechar una nariz ancha, mejorar la forma de la punta nasal, elevarla si está caída, afinarla, etc.